La motivación de los niños y adolescentes en el aprendizaje de la lengua inglesa es fundamental. Para conseguir que cada alumno tenga ilusión a la hora de aprender inglés es importantísimo adaptar la enseñanza a las características de cada persona, de cada niño, de cada adolescente. No todos aprenden del mismo modo, ni tienen la misma personalidad, ni tienen los mismos intereses, ni los mismos padres. La tarea del monitor-coach es clave. Cuando se empieza a enseñar, las primeras clases, lo que hay que hacer es conocer bien al alumno y una vez ya se ha captado su esencia, se diseña un plan de trabajo personalizado que tocará las teclas necesarias para que este niño o niña, chico o chica, viva con pasión su aprendizaje. El objetivo de todos es lograr la completa fluidez, el pensamiento en la lengua inglesa, pero la forma de llegar es, en cada caso, diferente, específica. Aquí radica el éxito del método de Martins Ways. La empatía, la adaptación del profesor al alumno y del alumno al profesor-guía. No importan las debilidades del alumno; éstas se obvian, y se potencian y se aprovechan sus virtudes para llegar a la fluidez total en último término.